El reto parecía imposible: recorrer más de 1.000 kilómetros en patinete desde San Sebastián hasta París, con apenas 100 euros de presupuesto y sin posibilidad de pedir alojamiento. Sin embargo, los vascos Gorka Lasa e Ibai Martín lo han conseguido, llegando a la capital francesa tras 30 días de esfuerzo, caídas, noches a la intemperie y el apoyo de cientos de seguidores que siguieron su aventura en redes sociales.

Ambos jóvenes se propusieron demostrar que el scooter es mucho más que un simple vehículo. “Es una forma de pensar, de vivir y de expresarse. Es arte, deporte, calle y, sobre todo, libertad”, explicaban en el primer vídeo de su serie documental, que se ha hecho viral entre la comunidad del scootering.

Con esta filosofía como bandera, partieron con lo justo: una mochila de 15 kilos con lo imprescindible, un equipo de grabación y sus inseparables patinetes. A lo largo de la ruta, durmieron en hamacas montadas en plena naturaleza, sin duchas y sin transporte adicional, fieles a la regla de depender únicamente de sus scooters.

30 días de esfuerzo, caídas y solidaridad

Durante la travesía, Gorka e Ibai se enfrentaron a todo tipo de imprevistos, desde caídas hasta condiciones extremas. Sin embargo, nunca estuvieron completamente solos: muchos viajeros y vecinos que conocieron en el camino les ofrecieron agua, comida e incluso compañía.

“Gracias a la peña que nos dio calor, con agua, comida y hasta un poco de humor. Sin vuestra ayuda no habría final, vosotros sois parte de este pedal”, expresaron en sus redes, manteniendo el tono poético y cercano que les caracteriza.

Aunque partieron con 100 euros, terminaron aceptando donaciones voluntarias de seguidores, lo que les permitió continuar su misión sin romper las reglas que ellos mismos se impusieron: nada de pedir alojamiento ni de utilizar otros medios de transporte.

La meta: París y la Torre Eiffel

Tras 30 días de ruta, sudor y emoción, Gorka e Ibai alcanzaron finalmente su destino. Lo celebraron con una foto icónica frente a la Torre Eiffel, acompañados de sus inseparables scooters.

“Cerramos la aventura con broche final, la Torre Eiffel nos recibe brutal”, escribieron los influencers, orgullosos de haber cumplido su promesa y de haber dado mayor visibilidad a una afición que desean que nunca se detenga.

Una hazaña que inspira al mundo del scootering

El viaje de Gorka e Ibai no solo es una gesta personal, sino también un mensaje para la comunidad scooter: el patinete no es un simple juguete, sino una herramienta de deporte, aventura y libertad.

Su hazaña, seguida por miles de personas en redes, ha puesto en el mapa al scootering como una forma de viajar alternativa y auténtica, capaz de unir esfuerzo, creatividad y espíritu aventurero.